lunes, 30 de junio de 2008

Siempre pienso en mí como la lluvia.
Inevitable, imparable, pero que nunca dura para siempre.
Precipitada, así es la lluvia, así soy yo.
Me dejo llevar por la tentación y cometo errores.

Pero afortunadamente, después de la tormenta sale el sol. El sol, mi familia, mis amigos, ellos. El centro de mi vida, los que brillan más que nada. Nunca sabré como ellos saben querer, como el sol puede aceptar a al lluvia. Pero me reconforta pensar que de nosotros, sale algo hermoso. Algo luminoso y multicolor. Como del sol y la lluvia. Un arcoíris.